Me dí cuenta rápido de que los cuentos infantiles que terminan siempre bien son sólo cuentos.
De chica intuí que hay que confiar poco y en pocas personas; ahora comprobé que hasta el mejor amigo, que hasta el hombre de tu vida puede traicionarte.
Que los humanos somos sólo humanos y por eso decepcionamos.
Tú no decepcionas, no te preocupes
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